La digitalización del campo también pasa por formar a las mujeres

8 marzo, 2023

Mª Lourdes Falcó Segarra (*)

Las Naciones Unidas han celebrado el 8 de marzo, Día internacional de la Mujer, con el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”. Denuncian, de esta forma, una grave realidad: la desigualdad de género existente en buena parte del mundo en el acceso a los medios y los conocimientos necesarios para participar plenamente en sociedades que abordan una creciente integración digital.

La brecha digital en el medio rural

El estudio “Brecha digital, rural y de género”, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ES) y publicado en noviembre de 2022, indica que las mujeres rurales que han participado en los seis Grupos de Trabajo organizados apuntan problemas como la ausencia o baja calidad de la conectividad; la percepción de que la digitalización es algo impuesto a la vez que inaccesible; la existencia de una brecha entre los usos esperados y las competencias digitales reales o el impacto de la brecha generacional.

Así pues, la realidad de una parte de nuestro medio rural no difiere tanto de la de otras zonas que a priori podríamos catalogar como menos desarrolladas. Esto pone sobre la mesa una necesidad a reclamar en un día como éste: que el avance de la sociedad digital sea parejo entre el medio urbano y el rural, alcanzando por igual a hombres y mujeres.

La digitalización es clave para el presente y el futuro del medio rural y de la agricultura, y como tal, todas debemos participar de los cambios que se están produciendo, cada vez a un ritmo más vertiginoso. ¿De qué nos sirve, por ejemplo, instalar sensores de humedad en una parcela si después tenemos problemas de acceso a la aplicación que nos muestra los valores que miden? O, yendo todavía más atrás en el proceso, ¿cómo se va a plantear una agricultora dar el paso de instalar siquiera esos sensores si nadie le ha explicado cómo se utilizan o cómo emplear el dispositivo móvil en el que debe hacer funcionar la app que los controla?

Es evidente que no podemos pretender que la agricultura sea moderna, digital y avanzada si no somos capaces de hacer accesibles estas tecnologías, los conocimientos y las competencias digitales para todas las mujeres rurales. Por eso, coincidiendo con el 8 de marzo, las cooperativas debemos sumarnos a la reivindicación impulsada por Naciones Unidas.

No es la única asignatura pendiente

Al margen de esta reclamación, desde nuestra perspectiva esta fecha es oportuna y necesaria para poner en valor el papel de la mujer en el medio rural, tal y como también hacemos cada 15 de octubre. Un papel protagonista, pero no visible, opacado a lo largo de los años por una sociedad que avanza ahora a otro ritmo en lo referente al reconocimiento de los derechos de la mujer.

A día de hoy, y pese a que las cosas han cambiado de forma sustancial, seguimos observando que las mujeres rurales padecen unas mayores tasas de desempleo que los hombres, y que hay un notable desequilibrio entre su participación en la base social de nuestras cooperativas (27%, en el caso de la Comunitat Valenciana) y su representatividad en los órganos de gobernanza (8%). Sigue siendo necesario, por lo tanto, trabajar en la visibilización de las mujeres de nuestras cooperativas, en su formación y empoderamiento. Un objetivo que debe ser compartido, desde el convencimiento más absoluto, por hombres y mujeres, para que se generen en nuestras cooperativas las condiciones idóneas para que cada vez más mujeres den un paso adelante y consoliden su presencia en la vida diaria y en los órganos de gestión y decisión de nuestras entidades.

Las cooperativas debemos ser referentes

Por nuestro sistema de gestión y gobernanza, por nuestros principios y valores, por nuestro impacto en la sociedad y en el medio rural, las cooperativas agroalimentarias debemos ser modélicas y referentes en lo que supone la igualdad de género. Es innegable que durante los últimos años hemos avanzado, sí, pero no al ritmo deseado, por lo que es necesario redoblar nuestros esfuerzos para conseguir que las cooperativas sean un foco de dinamización de la presencia, reconocimiento y visibilización de las mujeres agricultoras de la Comunitat Valenciana.

(*) Mª Lourdes Falcó Segarra es presidenta de la Cooperativa Agrícola San Isidro de la Vall d’Uixò y representante de Federació en la Asociación de Mujeres de Cooperativas Agro-alimentarias de España (AMCAE)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *