El sector citrícola europeo pide más protección y prevención fitosanitaria a la Unión Europea

6 marzo, 2018

 

Los representantes europeos del sector citrícola, entre ellos, el presidente del Grupo de Trabajo de Cítricos de Cooperativas Agro-alimentarias de España, Cirilo Arnandis, se reunieron el viernes en Catania (Sicilia), principal región productora italiana.

En la reunión en la que participaron representantes de otras organizaciones españolas e italianas y responsables de los Ministerios de ambos países, se acordó trasladar a la Comisión la preocupación por las amenazas fitosanitarias que se ciernen sobre las plantaciones citrícolas.

Cirilo Arnandis ha calificado la modificación de la Directiva 2000/29, relativa a las medidas de protección contra la introducción en la UE de organismos nocivos para los vegetales o productos vegetales, totalmente insuficiente e incoherente con los argumentos presentados por el propio sector, que fueron secundados por el Parlamento Europeo y que están avalados por opiniones científicas independientes. Además, las 35 interceptaciones registradas en 2017 en las importaciones citrícolas desde terceros países, -de las cuales 24 corresponden a Sudáfrica-, demuestran la amenaza que supone la entrada de fruta desde este país, incapaz de dar garantías de seguridad, pero sujeto a un nivel de control y precaución insuficiente a todas luces y a un trato condescendiente -e incomprensible- por parte de la UE.

Durante la reunión se realizó un balance de la campaña citrícola y se intercambió información sobre la actual campaña de comercialización 2017/18. A este respecto, la delegación española señaló que -como consecuencia de la bajada de la producción (un 13% menor a la del año anterior) y de la buena calidad gustativa y calibre- el mercado está teniendo un mejor comportamiento y el flujo de exportación no ha decaído en la primera mitad de la campaña.

Arnandis destacó el trabajo desarrollado por el MAPAMA al aplicar y controlar el cumplimiento de la “Ley de la Cadena”, que está propiciando la reducción de la práctica de “venta a resultas”, generalizando las compras amparadas por un contrato y reduciendo los plazos de pago. Los asistentes expresaron su deseo de que este tipo de regulación, que refuerza la posición de agricultor en el mercado, sea tomado como modelo en la UE, en el marco de los trabajos desarrollados por la Comisión, que deberán aportar una propuesta legislativa en los próximos meses.

Finalmente, los representantes del sector coincidieron en la necesidad de que la UE redoble sus esfuerzos para facilitar la apertura de nuevos mercados para la exportación hortofrutícola y el levantamiento de barreras arancelarias y fitosanitarias. Así, han criticado que la responsabilidad de negociación de protocolos recae demasiado en los Estados miembro, los cuales, individualmente -país a país producto a producto- tienen mucho menos poder negociador.

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