El sector agroalimentario es el único que se salva del desplome de las exportaciones valencianas durante el mes de abril

19 junio, 2020
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Los datos del último Informe de Comercio Exterior de la Comunitat Valenciana, pertenecientes al mes de abril, certifican una caída del flujo exportador de la Comunitat Valenciana de un 39,4% respecto al mismo mes del pasado año, en la línea del descenso del total nacional (39,3%). El único sector que escapa de los efectos del cierre de fronteras y de la paralización de la actividad económica motivada por la expansión del coronavirus COVID-19 es precisamente el sector agroalimentario, que toma el liderazgo de la economía valenciana con el 30% del total de las exportaciones y un incremento de más del 20% respecto a abril de 2019, que llega al 34,7% en el caso de los cítricos. En total, las exportaciones de frutas y hortalizas ascendieron a 460 millones de euros, arrojando un saldo positivo cercano a los 350 millones. De esa cantidad, 254 millones pertenecen al comercio exterior de cítricos, con una balanza positiva de 249 millones.

Frutas y hortalizas son, de esta forma, junto a las semifacturas no químicas (metal, papel, productos cerámicos…) y los productos químicos (colorantes y curtientes, aceites esenciales) los únicos sectores que aportan una balanza positiva al saldo comercial de la Comunitat durante el mes de abril.

Por regiones, la Comunitat es la cuarta en el volumen total de exportaciones, por detrás de Catalunya, Andalucía y la Comunidad de Madrid. No obstante, es la quinta en la aportación de saldo positivo a la balanza, tras Andalucía, la Región de Murcia, Navarra y las Islas Baleares.

Desde Cooperatives Agro-alimentàries se destaca que estos datos avalan la respuesta ejemplar del sector durante la crisis del coronavirus, manteniendo su actividad y garantizando el suministro de alimentos a la población. Asimismo, ratifican la creciente demanda detectada en sectores como el de los cítricos, probablemente por la percepción por parte de los consumidores de lo positivo de su aporte de vitamina C en el contexto vivido durante la crisis. Sin embargo, también se recuerda que el trabajo durante la crisis ha sido especialmente complicado por diferentes razones, que han tenido su impacto en un incremento de los costes de producción de entre un 30 y un 35%. Entre estas cuestiones, cabe destacar el incremento de costes logísticos y de los gastos derivados de la adaptación de las instalaciones de las empresas agroalimentarias a las medidas de seguridad y las recomendaciones sanitarias.

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