Cooperativas al pie del cañón

27 marzo, 2020

Cunden en redes sociales y medios de comunicación los ejemplos de solidaridad de las cooperativas valencianas para reducir el impacto de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus en la vida de la Comunitat

Supermercados abiertos, almacenes que no paran la producción, maquinaria agrícola que ayuda en la desinfección de las calles, máquinas de coser zapatos fabricando mascarillas, camiones que aseguran el abastecimiento, profesionales de la limpieza trabajando por las noches o créditos blandos, son algunas de las acciones que están llevando a cabo las cooperativas valencianas.

“Unidos lo superaremos” es el lema cooperativo por excelencia. El estado de alarma declarado el pasado día 14 de marzo por el Gobierno español ha cambiado la actividad económica en la Comunitat Valenciana y la vida de los ciudadanos. En este contexto, se están dando muestras de solidaridad por parte de muchas empresas. En estos tiempos del “quédate en casa” hay quienes han de continuar trabajando fuera de casa, y muchas veces más de lo normal, para facilitar el necesario confinamiento de la mayoría de la población y que el impacto de esta crisis sanitaria en nuestras vidas sea un poco menos traumático.

Y ahí están las cooperativas, como siempre han estado, sin bajar la guardia, comprometidas con la comunidad y con el territorio. Desde el inicio de la crisis sanitaria del COVID-19, las cooperativas valencianas están llevando a cabo iniciativas que no dejan de sorprender. Junto a los casos más mediáticos y que más impacto tienen en la cotidianeidad, como las cooperativas de distribución comercial, las productoras de alimentos o las de transportes, que están garantizando el abastecimiento y distribución a la población de bienes necesarios, hay muchos más.

Sabemos que todos los supermercados de las cooperativas de consumo, con Consum y las franquicias Charter a la cabeza, reponen sus estanterías a diario para seguir abasteciendo a sus socios y clientes. Pero es que, además, muchas están dando ejemplos de un compromiso que va más allá de la distribución comercial: Consum está canjeando todos los vales de 60 euros entregados por la conselleria de Educación a las familias beneficiarias de beca de comedor para asegurarles la adquisición de alimentos gratuitos mientras dure la suspensión de la actividad educativa; La Moixentina, proveedora habitual de la Residencia La Milagrosa en la localidad, mantiene estas semanas sin merma el abastecimiento de productos y ha reforzado las acciones de voluntariado.

Las cooperativas agroalimentarias siguen produciendo alimentos para atender una demanda que por momentos se dispara. Ahí está, por ejemplo, Anecoop, que ha constituido un comité de gestión de la crisis para coordinar y hacer un seguimiento de la actividad en estos días tan complicados y que hoy mismo acaba de anunciar que ha donado 7.500 kilos de fruta que llegarán, a través de varias instituciones benéficas, a los enfermos, personal sanitario y colectivos sociales más castigados por el coronavirus. Y esto es posible porque todas sus cooperativas socias están operativas, aplicando estrictos protocolos de seguridad, para garantizar el suministro de frutas y verduras. También Coavre, la cooperativa de avicultores y ganaderos valenciana, sigue trabajando para alimentar a los animales cuya carne llega a los supermercados.

El transporte, actividad absolutamente clave en estos momentos, es la pieza fundamental para que tanto los alimentos como otros productos básicos lleguen a sus destinos, dentro y fuera de nuestras fronteras. Y las cooperativas de transportes, a pesar de encontrarse bajo presión y con muchas dificultades, continúan trabajando sin descanso.

Las cooperativas de trabajo asociado dedicadas de la atención a mayores y personas dependientes tampoco han parado: pese a la amenaza sanitaria, continúan prestando sus servicios en condiciones durísimas para cuidar de quienes son ahora más vulnerables, supliendo en muchos casos el papel de las familias en estos tiempos de confinamiento. Y lo mismo ocurre con las de limpieza, que suman a sus tareas habituales una especial desinfección de supermercados, hospitales y centros de trabajo para que cada mañana, cuando se levanta la persiana, los trabajadores y clientes entren a un entorno lo más seguro posible.

Estos son los sectores más visibles estos días: distribución, agricultura, transportes y servicios a la comunidad. Pero las cooperativas valencianas han protagonizado muchas otras acciones que también merecen ser divulgadas. Una de las primeras cooperativas en reaccionar fue la de Viver, productora del prestigioso aceite, que en cuanto se decretó el cierre de bares y restaurantes anunció inmediatamente que retrasaría a sus clientes del castigado sector de la hostelería el plazo para pagar las compras realizadas.

O las cooperativas de crédito, atentas como siempre a las necesidades de los valencianos. Caixa Popular informó el día 13 de marzo que disponía una línea de financiación para mitigar los efectos del coronavirus: hasta ahora son ya un total de 440 millones de euros los habilitados para ayudar a la economía valenciana en la crisis provocada por el COVID-19. También Cajamar y Caja Central de Orihuela, entre otras, están dando facilidades en el ámbito financiero y han puesto a disposición de empresas, comercios y autónomos líneas de crédito y préstamos.

Muchas pequeñas cooperativas de trabajadoras también están dando ejemplos conmovedores. Un grupo de cooperativas del sector textil y del calzado, como las aparadoras de Petrer y Fil a Fil, han dejado de lado los zapatos y la indumentaria valenciana, sus actividades habituales, para poner sus máquinas de coser a confeccionar a destajo, de manera totalmente desinteresada, mascarillas de protección. También la gente de Sercoval, dedicada normalmente a los servicios sociales, está estos días cosiendo mascarillas. O la alicantina Makinacción, innovadora agencia de comunicación que ofrece gratuitamente durante este periodo asesoramiento en comunicación de crisis a pequeñas cooperativas y otros emprendedores.

Encontrar material de protección se está convirtiendo para muchos en un auténtico calvario y por eso toda ayuda es buena. La cooperativa de peluquería y estética, que da servicio a pequeñas empresas o autónomos dedicados a estas actividades, ha donado cajas de guantes de vinilo y nitrilo a Sanidad, ayuntamientos y al Hospital General. En la misma línea, otra cooperativa de servicios, Covalser, está suministrando materiales de protección a diferentes sectores cooperativos.

Y si importante es la protección individual, también lo es la colectiva. Las cooperativas agrarias no solo continúan produciendo y distribuyendo alimentos para que los llenemos nuestras despensas, sino que han puesto su maquinaria a disposición de los ayuntamientos para desinfectar las calles de nuestros pueblos. Lo hizo primero La Alcublana, y la han seguido muchas otras, entre ellas: Almassora, Onda, Torreblanca y Borriol en la provincia de Castellón, Cohoca (Benifaió) y probablemente serán muchas más en los próximos días porque la Federación de Cooperativas Agroalimentarias ha hecho un llamamiento a todas las cooperativas agrarias para que colaboren con las corporaciones locales en la realización de estas tareas necesarias para evitar la propagación del virus.

Un virus al que no todos nos exponemos por igual: ahí están en nuestras calles los coches de las cooperativas de taxistas, con una importante exposición al contagio, pero garantizando los servicios mínimos.

El aislamiento en casa nos está cambiando hábitos y rutinas y nos obliga a ser más creativos. El mundo online se está llenando de ofertas de entretenimiento y el cooperativismo no es ajeno. Uno de los ejemplos más destacables es la cooperativa Abacus, que ofrece productos y servicios culturales y educativos y que tiene seis tiendas en la Comunitat Valenciana, está desplegando toda una serie de actividades a través de su página web (claves para fomentar la lectura, recursos didácticos, talleres, conferencias…). Efectivamente, es importante mantenerse intelectualmente activos, más si cabe para los estudiantes. Por eso, las cooperativas de enseñanza siguen en activo, como todos los centros educativos, pero además han dispuesto colectivamente a través de la web de UCEV un buen número de recursos para ayudar a sus colegios a desarrollar su trabajo por medios telemáticos.

También hay casos que, de tan presentes a veces nos pasan inadvertidos, como las cooperativas eléctricas, que continúan garantizando el abastecimiento de energía a empresas y hogares en muchas localidades de la Comunitat y atendiendo incidencias, pero que además están reforzando el asesoramiento energético para la selección de tarifas adecuadas (Meliana, por ejemplo, tramitará gratuitamente la disminución temporal de la potencia a los comercios que lo soliciten); habilitando teléfonos de emergencia (algo que ya han hecho, por ejemplo, Crevillent y Callosa d’En Segura); asegurando que no habrá cortes por impago (en Castellar y otras localidades); e incluso anunciando descuentos en la factura de marzo: las primeras en hacerlo han sido Alginet, Sot de Chera y Meliana.

Y ahora un dato que quizá mucha gente no conozca: quienes centralizan y distribuyen las compras a las farmacias, algo tan primordial en estos días, son las tradicionales cooperativas de farmacéuticos, de gran implantación en toda la Comunitat Valenciana.

Por último, aunque lamentablemente no menos importante, la cooperativa Divina Aurora de Xàtiva, que es líder estatal en el sector de arcas fúnebres, ha tenido que duplicar su producción y está trabajando a máximo rendimiento para satisfacer una demanda tristemente creciente que llega estos días sobre todo de Madrid y Cataluña.

Pero esto pasará. El cooperativismo valenciano se apunta al “Resistiré” y lo hace con el mejor ánimo posible, como demuestra el vídeo que publicaron hace una semana las trabajadoras de almacén de la cooperativa de Godelleta, en un vídeo que se hecho viral por el buen rollo que transmite, en el que se ve a estas mujeres clasificando fruta, bailando al son del Duo Dinámico y mostrando unos carteles en los que se lee: “#Quédateencasa. Nosotros trabajamos para ti”.

En esta relación de ejemplos de cooperativas “resistentes” no están todas las que son, pero son todas las que están. Éste es nuestro discreto homenaje a esas pequeñas y grandes cooperativas, de las que somos socias más de dos millones y medio de personas en la Comunitat Valenciana, que estas semanas nos están dando, una vez más, una lección de solidaridad. Gracias.

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