Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana considera “inaceptables” las declaraciones de la exministra Ségolène Royal dudando de los sistemas de producción de los productos ecológicos españoles.
Las declaraciones de Royal se suman a las recientes manifestaciones del primer ministro Gabriel Attal, que ponen a España e Italia en el foco de la ira de los agricultores franceses, de forma totalmente equivocada.
Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana denuncia públicamente la irresponsabilidad de la exministra y candidata socialista a las Elecciones a la presidencia de la República Francesa en 2007, Ségolène Royal, quien ha acusado en un programa de televisión a los productos ecológicos españoles de ser “falsos”, de ser “una estafa” y de “no cumplir con las normas francesas”.
El presidente de Cooperatives Agro-alimentàries, Cirilo Arnandis, considera que “en plena ola de movilizaciones y protestas del sector agrario francés, estas declaraciones ponen erróneamente el foco en nuestro país como causante de parte de los problemas de sus agricultores”. El presidente de Federació recuerda que “los agricultores españoles son tan víctimas como los franceses de la crisis de rentabilidad por la que atraviesa el sector a nivel comunitario”.
No se trata de la primera acusación hacia nuestro país vertida en las últimas semanas por destacados representantes políticos franceses. El primer ministro, Gabriel Attal, acusó a España e Italia hace apenas tres días de “competencia desleal” y dejó entrever que no cumplimos las mismas reglas que los agricultores franceses. Ante estas acusaciones, Arnandis expresa su “preocupación por la falta de conocimiento demostrada por el primer ministro, o por su interés en desviar la atención hacia cuestiones que no tienen fundamento”. El presidente de Federació lamenta que “estas declaraciones, al igual que las de Ségolène Royal, pueden generar una ola de animadversión hacia los agricultores españoles” y denuncia que suponen “un ejercicio de populismo interesado, que perjudica gravemente nuestra imagen en uno de los principales países de destino de las exportaciones agroalimentarias valencianas”.
De la misma forma, Arnandis asegura que las discrepancias con el funcionamiento de las centrales de compra de la gran distribución -que según el presidente Macron “puentean” la Ley Egalim, equivalente de la Ley de la Cadena española-, “no pueden utilizarse para cargar las tintas contra los agricultores españoles, confundiendo a la ciudadanía y generando un movimiento social excluyente, que únicamente pone el foco en los problemas de su país”. En este sentido, recuerda que “tanto España como Francia formamos parte de un club comunitario regido por las mismas reglas en materia de cultivo, transformación y comercialización de productos agroalimentarios” y lamenta que “los políticos franceses estén errando el tiro al acusar a España de los problemas de sus agricultores”.
Arnandis apela al trabajo conjunto y a una visión de futuro compartida por todos los socios comunitarios “para hacer frente a los verdaderos problemas y retos que tiene el sector, como pueden ser una PAC que no responde a las necesidades de todas las clases de agricultura que conviven en la UE; el exceso de regulación a la que se ven sometidos los productores; la falta de rentabilidad y la pérdida de ayudas para hacer frente a situaciones coyunturales; la ausencia de relevo generacional; o la competencia desleal por parte de terceros países que inundan el mercado comunitario con productos que no cumplen con nuestros estándares de producción ni nuestras normativas en materia de sanidad vegetal, un hecho incentivado por la actual política comercial comunitaria”.
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