Las primeras experiencias de trabajo cooperativizado, aún no definidas como tales, se pueden encontrar ya en civilizaciones antiguas. Ejemplos de ello son la explotación común de la tierra en Babilonia o las sociedades funerarias y de seguros de Grecia y Roma. Sin embargo, el cooperativismo tal y como lo conocemos hoy en día nace al abrigo de la Revolución Industrial que vivió Europa entre los siglos XVIII y XIX.

El contexto económico y social explica el surgimiento de iniciativas de cooperación. Era frecuente que muchos trabajadores percibieran su salario en especie, lo cual limitaba su capacidad para acceder a determinados productos. Los precios de los productos de primera necesidad eran además muy superiores a las retribuciones de aquellos que cobraban en efectivo. Muchos tenderos se aprovechaban de esta situación, ofreciendo créditos a sus clientes para la adquisición de sus productos, en condiciones muy desfavorables para los compradores.

En 1844, un grupo de 28 tejedores desocupados (27 hombres y 1 mujer), constituyen en Rochdale (a unos 20 kilómetros al norte de Manchester) la Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale. Su objetivo era acceder en condiciones justas a productos básicos como la sal, el azúcar, la mantequilla o la harina. Después de varios intentos fallidos, ahorraron hasta reunir 28 libras, con las que arrendaron una tienda en el número 31 de Toad Lane, amueblaron su interior y compraron sus primeros suministros al por mayor.

Los Pioneros tomaron como referencia para regular la actividad las bases de la Sociedad de Socorros para Casos de Enfermedades y de Sepelios de Manchester, adaptándolos a su actividad, propia de una cooperativa de consumo. De ellos surgieron los siete principios de Rochdale, germen de los principios cooperativos: Libre ingreso y libre retiro; Control democrático; Neutralidad política, racial y religiosa; Ventas al contado; Devolución de excedentes; Interés limitado sobre el capital; y Educación continua

Los antecedentes a la llegada del cooperativismo a España se encentran en la autorización por parte de la regente María Cristina a la creación de Sociedades de Socorros Mutuos en el año 1839, que podríamos entender como un antecedente de las mutualidades de previsión social, ya que su finalidad era la de ofrecer cobertura social a los trabajadores asociados.

Surgieron en 1856, inspiradas por las experiencias británicas traídas a España por Fernando Garrido Tortosa, quien en viajes por Europa había entrado en contacto con el socialismo utópico y las ideas de Charles Fourier, uno de sus principales teóricos. La Cooperativa Proletaria, formada por sederos valencianos y convertida en cooperativa de producción cuatro años después, y La Alianza (cooperativa de consumo), fueron pioneras de un movimiento que se desarrolló a gran velocidad en Cataluña o la Comunitat.

Las cooperativas agrarias surgieron alrededor de 1890, como fórmula para la colectivización de la producción agrícola y de búsqueda de una mayor rentabilidad para sus socios. En la Comunitat Valenciana, fueron de especial utilidad para hacer frente a los efectos del tradicional minifundismo de la estructura de la tierra. La escasez de crédito y la baja capitalización, que limitan el desarrollo cooperativo en otras zonas del país, se compensan en la Comunitat con el surgimiento y consolidación del cooperativismo de crédito.

Tras la victoria del banco nacional en la Guerra Civil Española, el Régimen Franquista modificó las leyes que regulaban la actividad de las iniciativas de colectivización. En 1942, aprobó una Ley de Cooperativas que fomentó en gran medida su constitución, especialmente en sectores como el oleícola o el vitivinícola por sus condiciones particulares en aquella época. De igual forma, la Ley amparó la creación de las Uniones Territoriales de Cooperativas (UTECO).

El 28 de marzo de 1943 se constituye la Unión Territorial de Cooperativas del Campo de Valencia (UTECO-Valencia), con 587 cooperativas, para acometer actividades de suministros, principalmente distribución de fertilizantes, En 1979, se desdobla en dos entidades. Por un parte, la Unión Provincial de Cooperativas del Campo de Valencia, que continúa la función representativa de las cooperativas agrarias de la provincia y, por otra, Cooperativas Agrícolas Reunidas de la Provincia de Valencia (COARVAL), con actividad de suministros y servicios.

En 1943, la antigua Federación Castellonense de Sindicatos Agrarios se convierte en la Unión Territorial de Cooperativas del Campo de Castellón (UTECO), que cumplía funciones representativas y realizaba, además, actividades de suministros y otros servicios. En 1979, se desdobla en dos entidades. Por un parte, la Unión Provincial de Cooperativas, que continua la función representativa de las cooperativas agrarias de la provincia y, por otra, la Cooperativa Agraria Provincial UTECO, con actividad comercial de suministros, aceite y frutos secos.

En 1979, UTECO-Alicante se desdobla en una sociedad cooperativa de segundo grado para el desarrollo de actividades económicas, con la denominación de Cooperativa Agraria Provincial UTECO Alicante y, por la otra, en la Unión Provincial de Cooperativas, con función representativa de las cooperativas.

La Federación de Cooperativas Agrarias de la Comunidad Valenciana (FECOAV), como órgano legítimo de representación del movimiento cooperativo agrario valenciano, se constituyó por las Uniones Provinciales del Campo de Alicante, Castellón y Valencia, en la Asamblea general celebrada en Castellón en diciembre de 1985. A esta Asamblea asistieron un total de 554 cooperativas agrarias de toda la Comunitat.

25 años después, las Uniones acordaron dar un paso más en la reestructuración de la organización cooperativa agraria valenciana, configurando una federación cuya nueva composición social la constituyen directamente las cooperativas agrarias, mediante su integración en una nueva entidad, Federació Cooperatives Agroalimentàries de la Comunitat Valenciana.

En la actualidad, Federació es el órgano de representación del movimiento cooperativo agroalimentario de la Comunitat Valenciana. Se constituye como una entidad sin ánimo de lucro, sobre la base de la asociación libre y voluntaria de las cooperativas agroalimentarias de la Comunitat, ostentando la defensa y representación del cooperativismo agrario en el ámbito geográfico valenciano.